martes, 17 de mayo de 2011

Un encuentro bajo la lluvia

El siguiente encuentro se produjo varios años atrás, cuando los dos personajes, que iban al mismo colegio, se encontraron en uno de los boliches mas famosos de Bariloche. 
En el colegio mucho no interactuaban, él, simpático, se la pasaba hablando pelotudeces en clase; ella, una piba bonita viviendo según las enseñanzas del maestro Cacho (se entiende, Cacho Castaña).
Se encontraron, charlaron, se tomaron un trago, se rieron mucho. Cuando ella se tiene que ir, el le ofrece llevarla a su casa.
- Bueno, pero manejo yo.
- Si no sabés manejar, no tenés carnet.
- Sí se, y tengo carnet, pero no lo tengo encima xq no tengo auto.
No se si le creyó, pero le dio las llaves del auto. Era la primera vez que ella manejaba. Haciéndose la que sabía, no se mostró dubitativa ni por un segundo y como si una fuerza externa la estuviera guiando, llegó a su casa sin problemas.
Se quedaron conversando un rato más en el auto y comenzó a llover, lluvia de tormenta, lluvia torrencial. 
- Bueno, gracias. Me voy a dormir - dice ella.
- Sos la única a la que dejé manejar mi auto. No me darías un beso?
Ella sonríe y se baja. Él baja con ella. Se miran, se sonríen, se dicen cosas con la mirada, se acercan, y sin decirse absolutamente nada, comienzan a besarse.
Se recuestan en el capot del auto, se siguen besando, se tocan, se miran, se desean, se disfrutan. Con la lluvia, la escena parecía de película hollywoodense. Después de varios minutos, totalmente empapados, comenzó a hacer frío, y ella se fue a su casa.
Él se quedó mirándola entrar, mojándose con la lluvia que seguía sin parar. Se despidieron con una sonrisa. 
Cuando volvieron a verse en la escuela, solo se sonreían, la genial escena erótica sobre auto, jamás volvió a repetirse.

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