viernes, 22 de abril de 2011

Un paseo por la playa

Esta es la historia que me contó una amiga, una morocha infartante, una de esas mujeres que son inolvidables.
Tenía ganas de salir, se puso su mejor vestido y salió rumbo a la calle de los bares (Alem, Mar del Plata), se encontró con algunas amigas y se tomaron algunos tragos, la estaba pasando de maravillas. De repente se cruza de frente con un ex y se quedaron contemplando (el flaco era un tarado, pero se partía de bueno). Sin decirse una palabra comenzaron a besarse muy apasionadamente, siempre, durante el tiempo que estuvieron juntos, lo único en común que tenían era el buen sexo que compartían. Un par de besos nomás fueron necesario para encender esa chispa y ambos volaban de calentura. A los pocos minutos, aún sin decirse una palabra, el la tomó de la mano y salieron del bar. No era plena temporada de verano, pero habia gente por doquier y además eran alrededor de las 5, y el cielo estaba empezando a aclararse. Se encaminaron hacia la playa, en los alrededores había una escollera de piedras bastante grandes y entre ellas buscaron un recoveco. Es decir, se metieron el el primer lugar que encontraron sin importarles nada de nada, solo saciar su sed el uno del otro. Como ella estaba de vestidito, facilitaba mucho las cosas asique él se recosto en la arena, con su cuerpo medio inclinado y ella obviamente arriba. 
Ellos no se dieron cuenta, pero sobre la escollera, se estaba juntando un grupo importante de espectadores. Cuando menos se lo esperaban, y en los momentos culminantes del acto sexual, aparece la policia. Cuando se estaba acercando un oficial, ella se dio cuenta, se levantó y se acomodó el vestido. El flaco también se paró enseguida y tomados de la mano, comenzaron a pasear como si estuviesen paseando.
El oficial pasó de largo, e inmediatamente, el grupo de gente que los estaba mirando, comenzó a ovacionarlos.

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