viernes, 18 de marzo de 2011

En Retiro me retiro

Cuando alguien se sube a un colectivo para hacer un viaje de larga distancia, lo último que espera es conocer a alguien, bah, al menos a mi no se me había ocurrido.. a mi personalmente no me gusta ni hablar con el pasajero que viaja al lado mio. Pero tengo una amiga a la que le sucedió lo siguiente:

Viajaba de Bariloche a Buenos Aires y junto a ella se sentó un bombonazo. Un pibe que parecía sacado de una publicidad de perfumes (siempre son lindos, musculosos y simpáticos) o un modelo de Calvin Klein. Apenas se sentó, le regalo una sonrisa que hizo que a mi amiga se le aflojaran los calzones. Sonrisa viene, sonrisa va, charloteando de todo un poco pegaron una onda bárbara. Cerca de Río Colorado, el micro frenó y el se bajó a comprarle un chocolate. Ni tonta, ni perezosa ella se lo agradeció con un beso. 
El viaje siguió e iba volviéndose cada vez más hot. Después de la cena, apagaron las luces y, como era lógico, pusieron una película tonta, mal grabada y con los subtitulos en miniatura, ideal para ver en un colectivo sentada a dos metros del televisor. 
Cuando los pasajeros de los alrededores se durmieron, ya no les importó nada. El lugar en el micro es bastante limitado y este bombón venia grande asique para estar más cómoda, se sacó toda la ropa, es decir, el jean y la bombacha. La exitación del momento los hizo olvidarse de donde se encontraban y algún que otro gemido importante se les escapó.
Se dieron cuenta del ruido que estaban haciendo cuando se acercó uno de los auxiliares de a bordo para pedirles que la corten, que se ubiquen un poco, que incluso había menores viajando. Fue uno de los momentos más vergonzosos de la vida de ella, cuando este tipo se acercó, ella estaba en bolas sentada en las piernas del bomboncito, con la tanga en la mano (claro, la tenía en la mano para no perderla, iba a ser más rápido volver a vestirse después) y las únicas cosas en que podía pensar era "menos mal que la tanga está limpia y nueva, sino hubiese sido más vergonzoso", y "cómo no se me ocurrió viajar en pollera".
La cuestión es que le interrumpieron su momento pero el viaje continuó con toda normalidad.
cuando estaban llegando a Retiro, ella iba a darle su número de teléfono, para volver a encontrarse, a lo que el responde:
-Prefiero que no, dejémoslo así. Yo vine a Baires a ver a mi novia que está viviendo acá. Suerte en todo. Fue un placer conocerte.
Desconcertadísima ella no supo que responder. Al bajarse del colectivo vio cómo lo recibía a besos la chica y él le decía "Mi amor, te amo. Cuánto te extrañé".
Qué misterio el comportamiento masculino.

3 comentarios:

  1. CREO QUE CUANDO SUBIÓ..EN LLANTOS DEJÓ A SU OTRO AMOR QUE LO DESPIDIÓ!!

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  2. que historia , quien no quisiese una aventura asi no'?...muy beuna marce!

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  3. quiero conocer a tus amigas che (sino, felicito a tu imaginacion)

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